La inscripción online es un fracaso
Que se respete el reglamento escolar
La
inscripción online es un fracaso: esto no es una simple declaración del
sindicato que no firma los acuerdos con el macrismo. Es una realidad palpable
que se evidencia en cada barrio donde las familias se agolparon en la puerta de
las escuelas para corroborar que sus pibes se quedaron en la vereda, en cada
escuela en la que los docentes se miran desconcertados ante listados que
asignan vacantes que no existen en cursos superpoblados o muestran listas de
cinco nombres en grados que podrían tener hasta veinte. El fracaso de la
inscripción online lo gritan las familias en la calle, lo tratan de disimular
los funcionarios con excusas inverosímiles, lo reconocen golpeándose el pecho
los mismos legisladores supuestamente opositores que votan año tras año los
presupuestos que privatizan el sistema educativo. La inscripción online viene a
poner en evidencia un problema que no es nuevo: el de la falta de vacantes en
una escuela pública, esa escuela que el macrismo achicó cerrando grados y
cursos de a decenas, pero que también recibió el mismo trato de sus
antecesores: baste recordar que en el año 1997, bajo la intendencia de De la Rúa
se emitió el Decreto 1990, que regula el cierre de cursos y grados. Y baste
señalar también que ninguno de sus sucesores, ni los autodenominados
“progresistas” ni mucho menos los de la derecha PRO, derogaron ese marco
regulatorio, sino que lo usaron para dotar de legalidad a sus políticas de
ajuste. La falta de vacantes en la escuela pública es la contracara de un
sistema que privatiza su matrícula en mitades, girando sin reembolso miles de
millones de pesos al sector privado año tras año.
Pero, a su
vez, el mecanismo despersonalizado de la inscripción online agravó este
escenario, obviando prioridades que figuran en el reglamento escolar, como la
prioridad a hermanos para que se puedan escolarizar en una misma institución,
la distancia entre hogar y escuela o el carácter de trabajador del G.C.B.A. de
los padres; asignando aleatoriamente vacantes sin ton ni son, y siempre en
perjuicio de las familias e instituciones escolares. Pero aquí cabe hacer un
señalamiento: a la “ineficacia” genuina marca PRO, no puede dejar de añadírsele
la intención de dañar la escuela pública. A las torpezas que caracterizan esta
gestión, debemos sumarle la deliberada intención de que la inscripción
naufrague, generando un colapso en el sistema público, con un posterior éxodo
de familias a buscar vacantes al sector privado y facilitar el cierre de cursos
y grados en las escuelas del estado.
Ante esto,
cientos de familias salieron a la calle. En muchos casos, de la mano de los
docentes de las escuelas, que también rechazamos este mecanismo de inscripción
y que alertamos que esto iba a ocurrir. Cortes de calles en los barrios,
petitorios, festivales, denuncias y movilizaciones hacia los núcleos donde
reside el poder político que generó este desastre… Todas estas medidas de lucha
son importantísimas. Debemos dar un vuelco favorable a nuestro reclamo.
La
vulneración del derecho a estudiar y a enseñar no puede ser naturalizada. Los
miles de pibes sin aula necesitan una respuesta urgente. No podemos esperar
hasta el año que viene.
Por eso, luego
de una asamblea con docentes y familias, convocamos a movilizarnos este viernes
20-12. Nos concentramos en la Jefatura de Gobierno porteña a las 14hs en Av. De
Mayo y Bolívar, para entregar un petitorio exigiendo una respuesta urgente a
nuestras demandas.
Anulación de la
inscripción on line.
Reinscripción
inmediata en las escuelas según el reglamento escolar.
Viernes 20-12. Nos concentramos en la Jefatura de
Gobierno porteña a las 14hs en Av. De Mayo y Bolívar
Ademys