Docentes
luchando
En Ciudad
Los acuerdos salariales de marzo han dejado por debajo de la garantía mínima a cientos
de docentes (celadores, preceptores), los curriculares han recibido un aumento
escandalosamente bajo y como regla general la nueva grilla de salarios está
condenada a la desactualización: sólo basta con tomar en cuenta el incremento
sufrido en la canasta básica que en julio de este año aumentó un 41% en
relación a julio de 2013. Somos muchos los docentes que a fin de mes no
cobramos, muchos los que no cobramos desde hace meses y muchos más los que
cobramos mal, siempre enfrentados al jeroglífico del recibo de sueldo.
Los docentes de media comenzaron a vivir en carne propia los resultados de una
aplicación paulatina de la NES. Un ejemplo de esto es que a algunos docentes de
Tecnología de la Escuela Media N° 5 D.E. 10 “Héroes de Malvinas”, se les
comunicó antes del receso que quedarían cesantes en sus cargos a partir de
agosto.
De la mano del ajuste en nuestros salarios, los bloques del PRO, el FPV y el
UNEN atacan nuestras condiciones laborales: de espaldas a los docentes que nos
venimos negando a la evaluación educativa, estos tres bloques legislativos
preparan la avanzada sobre la escuela y sobre nuestro estatuto a través una
evaluación externa, estandarizada y descontextualizada, que apunta a atar el
salario al desempeño como quieren las más recalcitrante tradiciones
neoliberales en educación.
Nuestra genuina sensación de soledad en el aula, el no dar abasto con las
tareas que nos impone la realidad escolar no se puede escindir de esta
coyuntura. La superpoblación de aulas en las escuelas primarias de zonas sur y
las faltas de vacantes en los jardines de infantes son el resultado de la
ausencia de una política seria, planificada y real de construcción de escuelas.
Los terrenos ociosos que el gobierno del PRO prefiere regalarle a la Universidad
del Salvador en vez de brindarlos para la
construcción de escuelas públicas son la muestra clara de cuál es el foco de
interés de este gobierno. Es el mismo gobierno que aumenta año tras año el
presupuesto para la educación privada y recorta el de infraestructura escolar.
En provincia
En gran parte del país, la docencia despliega una lucha por sus condiciones
laborales, por el salario y por la educación pública. En la actualidad son
muchas provincias que anunciaron medidas hacia el final del receso de invierno.
De forma aislada, sin las centrales burocráticas apañadas por el gobierno
nacional, los docentes no bajan los brazos. En marzo, con 17 días de huelga
ininterrumpidos los docentes de la Provincia de Buenos Aires obtuvieron un
triunfo sentando a negociar al gobierno de Scioli que se había mostrado
inconmovible, ofreciendo cifras de aumento que eran una verdadera falta de
respeto y que pretendían ser un caso testigo para depreciar las paritarias de
otros trabajadores. La continuidad de la lucha, el tesón de esos maestros y
profesores, de las conducciones en las seccionales multicolores hicieron que el
gobierno bonaerense reculara con la propuesta inicial y rompieron el techo
oficial, obligando a la conducción central del SUTEBA a darle continuidad a la
medida y llamando a movilizar. En las calles fueron miles y resistieron las
amenazas de los descuentos y de la conciliación obligatoria. A la fecha el
aumento, que no llegaba a cubrir la inflación quedó desfasado y el gobierno
nunca cumplió con el monitoreo que implicaba la rediscusión de la pauta
salarial. En virtud de estos problemas, y con el agravante de haber sufrido un
duro recorte en los comedores escolares, la docencia bonaerense sale al cruce
del ajuste y se plantea un paro de 48hs para el 4 y 5 de agosto.
Por todo
esto
Es momento de ponerse de pie. Ninguno de los
problemas mencionados va ser resuelto sin que los docentes tomemos en nuestras
manos el compromiso de salir a dar pelea para que no nos arrebaten nuestros
puestos de trabajo, para que no nos conformen
con un hueso en la mesa salarial, para que no demuelan el sistema educativo.
Ninguno de esos problemas son exclusivos de los docentes de la Capital, ninguno
de esos problemas comenzó ayer y va a terminar mágicamente mañana. La realidad
nos exige más energía, nos exige unidad en la acción, nos exige levantarnos y
luchar colectivamente, sin temor y sin pausa. Los docentes de capital junto a
otros docentes del país debemos enfrentar de manera unificada este ajuste que
es la razón por la cual vemos cómo en el cotidiano estallan pequeños incendios
en las escuelas que solos no vamos a poder apagar. Por eso denunciamos al
macrismo en la ciudad, pero también decimos que la Educación sigue siendo un
problema nacional: mientras millones de dólares van a parar a los acreedores
internacionales de deuda (Club de París, Fondos Buitre) o las transnacionales
como Repsol, tanto en la ciudad como en las provincias, nuestras escuelas se
llenan de goteras y el gas en algunos casos es un bien suntuario, los niños y
niñas se abarrotan en un aula, los salarios los borra la inflación de un plumazo.
Es tiempo de salir a la calle, de pelear codo a codo, como lo hicieron los
docentes de la Provincia de Buenos Aires en marzo, como lo siguen haciendo hoy,
en esa y en la mayoría de las provincias del país.
Los docentes porteños tenemos mucho por qué pelear, por eso convocamos
al cese de actividades de Ademys para el día 4 de agosto. Es un punto de
partida, para que nuestro reclamo se pueda sentir en la calle junto a los
compañeros de provincia y del interior.
Formemos asambleas en las escuelas para pensar en la continuidad de esta
medida, crezcamos en organización, elaboremos mandatos de escuela, elijamos
delegados, comuniquémonos y organicémonos con las familias para llevar nuestras
exigencias hacia los responsables políticos de la crisis que vive la escuela.
Vamos a
movilizarnos por
-La inmediata reapertura de la
Mesa Salarial y de Condiciones Laborales. Rechazamos el acuerdo salarial y
denunciamos que además de insuficiente ha dejado a miles de docentes por debajo
de la garantía salarial, con un aumento inferior y algunos casos con un
congelamiento salarial.
-Contra los proyectos de ley de evaluación externa, censal y neocolonialista que se impulsan en la perspectiva de instaurar el salario por mérito, el ranking de escuelas y la estabilidad en los cargos atada a los resultados de la evaluación.
-No a la reforma curricular en
media (NES) que devalúa los planes de estudio y la formación de los jóvenes,
recorta orientaciones y quita contenidos específicos rebajando el alcance de
los títulos, al tiempo que recorta horas y materias afectando laboralmente a
los docentes.
-Construcción de escuelas. Ademys
viene sosteniendo una campaña de construcción de 25 escuelas en la zona sur
para solucionar los problemas de vacantes en las escuelas públicas. Anulación de la inscripción on line.
-Contra la precarización laboral y
educativa. No al vaciamiento y cierre de programas educativos.