NO NOS MOVILIZAMOS PARA DESPEDIRLAS. NOS MOVILIZAMOS PARA QUE VUELVAN.



NO NOS MOVILIZAMOS PARA DESPEDIRLAS.
NOS MOVILIZAMOS PARA QUE VUELVAN.

Alejandra y Elsa tienen que ser reincorporadas a sus puestos de trabajo




La crisis es social, y no la generamos los docentes

Nosotros, los trabajadores y trabajadoras de la educación, lo vemos a diario. No necesitamos que nadie nos cuente de las aulas superpobladas que rebalsan de chicos, muchos de los cuales accedieron a nuestros salones después de las largas filas frente a las escuelas y distritos para conseguir una vacante. Nosotros lo vivimos en primera persona: sufrimos con cada caso de violencia hacia nuestros pibes, padecemos con ellos y sus familias la falta de respuestas desde el estado para paliar el deterioro social. Así como muchos de nuestros salones están colmados de pibes, los centros de salud se hallan en la misma situación. Así como el pueblo trabajador hace largas filas para conseguir una vacante, las debe hacer para obtener un turno en el médico o el dentista en los hospitales públicos. La crisis y sus efectos nos golpean a diario. Los docentes lo sufrimos como trabajadores, y las familias lo padecen como parte de la comunidad. En esta estamos en la misma, a merced de los gobiernos.
Ahora, ¿no resultaría de un gran cinismo e hipocresía que los funcionarios públicos que ganan sueldos varias veces mayores a los de los docentes o enfermeros y que envían a sus hijos a escuelas privadas, nos culpen a los trabajadores por la crisis que ellos administran? ¿No sería una gran ridiculez que los verdaderos culpables de ajustar cada vez más el presupuesto de las escuelas y hospitales públicos que no usan, los responsables de vaciar los Equipos de Orientación Escolar, a la vez nos acusen de los efectos que ese vaciamiento genera? ¿No sería terrible que planteen enfrentar a la comunidad educativa, mientras los responsables políticos del deterioro siguen haciendo impunemente su trabajo de desguace? Eso mismo es lo que está pasando.

El vaciamiento como política, el sumario como forma de meternos miedo

El caso del JIC nº2 del DE 12º es un caso emblemático. Ante el trágico asesinato de un alumno de ese jardín, ocurrido en un hogar donde se ejercía violencia de género y hacia los niños, el Ministerio de Educación porteño decidió hacer lo que mejor sabe: cortar el hilo por lo más delgado, depositar responsabilidades suyas en otro lado.  A contramano de lo que la propia justicia penal o la Junta de Disciplina determinó, el gobierno macrista plantea que la escuela, y las docentes, fueron responsables de no haber intervenido de otra manera en este caso. Apelando a argumentos burocráticos, el gobierno que desmonta los equipos profesionales reduciendo sus miembros a la mitad en pocos años, señala erróneamente el supuesto incumplimiento de protocolos. Los funcionarios que no actúan para prevenir, entran en escena para castigar. Y ese castigo recae sobre las trabajadoras, como intentan hacer con Elsa y Alejandra. Algo que no podemos permitir: por las compañeras, y porque a partir de este hecho tan arbitrario, toda la docencia pasa a ser pasible de un sumario como herramienta de disciplinamiento. Esta sanción solo busca promover el miedo entre los compañeros; pero además, lejos de significar una mayor protección o prevención para los niños, solo busca promover el distanciamiento entre escuela y comunidad, sembrando una nefasta lógica de denuncias preventivas.


Unidad, sí… pero si es para luchar

A casi un mes de un paro unánime de la docencia y una movilización de miles para repudiar el sumario y separación de las compañeras, cabe pensar qué medidas sirven para lograr un triunfo en nuestros reclamos, y cuáles llevan a nuevas frustraciones. La docencia porteña ha dado importantes peleas que no siempre terminaron con triunfos. No alcanza con que nos asista la razón. Enfrente tenemos una patronal prepotente y ensoberbecida. De este lado, una gran dispersión de sindicatos. Los que desde nuestras escuelas marchamos aquel 15 de julio expresamos la voluntad de dar pelea. Y cuánto mejor si eso se daba en unidad. Cabe plantearse, entonces, por qué la mayoría de los sindicatos abandonaron las perspectivas de lucha. ¿Es la vía judicial la única herramienta para ganarle al macrismo, que se archiven los injustos sumarios y que las compañeras vuelvan a sus trabajos? ¿Por qué, a excepción de Ademys, el resto de los sindicatos abandonó la perspectiva de confrontación con el gobierno? Quienes integramos el Colectivo Lista de Maestr@s y Profesor@s nos realizamos éstas y otras preguntas. Entendemos que el llamado público hecho por Ademys al resto de los sindicatos para avanzar con un nuevo paro y una gran movilización de toda la docencia fue negligentemente desoído por las direcciones sindicales, que optando por una vía cómoda y eludiendo el compromiso de dar la pelea a fondo, están poniendo en riesgo seriamente el triunfo de este reclamo. Nuevamente, parecen tener más peso los compromisos -públicos o no tanto- de varias direcciones sindicales con el PRO que la necesidad de unidad para la lucha de los docentes. Así, luego de participar de una medida contundente y en unidad, Camyp parece recordar que le suministró funcionarios al PRO (como el caso de la ex viceministra Ana Ravaglia), y la conducción de UTE vuelve a las medidas testimoniales sostenidas con su aparato para no verse en apuros si miles de docentes en la calle toman un rumbo de lucha que ellos no están dispuestos a encabezar y ni siquiera a acompañar tímidamente.
Ante esto, los docentes debemos ser claros: queremos unidad, pero para luchar. De nada sirve la coordinación entre direcciones sindicales si se la piensa como herramienta para inmovilizar a los que estamos dispuestos a dar la pelea a fondo.
Desde nuestro colectivo planteamos nuevamente el llamado público a las escuelas, a las agrupaciones y a la docencia de conjunto para exigir medidas acordes a la dimensión del conflicto. Si queremos que Elsa y Alejandra vuelvan a sus puestos de trabajo, y no ser los trabajadores los que siempre paguemos los platos rotos, necesitamos contundencia y masividad en las medidas. Necesitamos organizar un plan de lucha real, con paro y movilización de toda la docencia.


Es necesaria la participación activa, y tomar en nuestras manos el rumbo de este reclamo. Nuestra propuesta es dar continuidad a la lucha. Tenemos que frenar el vaciamiento de nuestras escuelas: no necesitamos sanciones injustas, sino más profesionales y la implementación políticas para la protección de la niñez.
Las compañeras tienen que volver. Los sumarios arbitrarios se tienen que terminar.

LUN. 24/8 – 18hs: te invitamos a la reunión del cuerpo de delegados y referentes de escuela. En Ademys, Solís 823.

Colectivo Lista de Maestr@s y Profesor@s- Ademys
http://listademaestros.blogspot.com.ar/  - FB: lista de maestros