A propósito de la evaluación docente externa de noviembre



A propósito de la evaluación docente externa de noviembre 2013:

¿Silvia Montoya es la "Gran hermana"?

En octubre de 2012 el Ministerio de Educación intentó implementar una evaluación docente externa, centralizada, estándar en las escuelas primarias de CABA. La Dirección de Evaluación había prometido dar publicidad a sus resultados en marzo de 2013. Nunca fueron expuestos ni se dieron a conocer los motivos por los cuales no se lo hacía. Desde nuestra visión, esto se debió a que la mayoría de las escuelas rechazó la evaluación, elevando los cuestionarios en blanco o con propuestas superadoras que atendían a los problemas reales del sistema educativo, poniendo el foco en la falta de políticas en favor de lo público y la proliferación de medidas que atentan contra ello.
Esta semana, con la firma de la Directora de Evaluación, Sra. Silvia Montoya, las conducciones escolares han sido notificadas de una nueva variante de este proyecto de evaluación externa. Ahora se trataría de cuestionarios auto-administrados acerca de nuestras "prácticas pedagógicas" a implementarse en la semana del 18 al 22 de noviembre.
Increíble desconocimiento de la pedagogía por parte de esta Señora que, a la manera de una “gran hermana" se erguiría por encima de toda situación escolar concreta, y desde una computadora contaría cruces de respuestas a preguntas que pretenden una tipificación de prácticas, encasilladas en repuestas también tipificadas, generando estadísticas cuantitativas.
Nuestras prácticas educativas están cruzadas por innumerables variables que no pueden ser evaluadas sino en su contexto: social, de la institución escolar, del grupo particular en cuestión, del momento en que ese grupo-clase se encuentra dentro de su proceso de aprendizaje, de sus experiencias inmediatas, de sus trayectorias como grupo dentro del ámbito escolar, de los componentes individuales de ese grupo-clase, incluso con cuestiones no previstas ni planificadas de antemano, de los ensayos y error que la misma o mismo docente realizan en la selección de propuestas pedagógicas a lo largo del año que combinan preexistentes o inventan nuevas. 
La Señora Montoya eligió otra vez un camino inútil y estéril para su pretendido propósito de "mejorar la educación". La única forma de conocer la eficacia de las prácticas pedagógicas es en situación: estando en la escuela, conversando con los docentes y alumnos, participando de las reuniones de ciclo, institucionales. Y el resultado no puede ser una evaluación cuantitativa, sino en base a herramientas de tipo cualitativo: entrevistas, registros de aula, reuniones de ciclo, algo que sin duda no se puede hacer en forma centralizada, externa, estándar.
Esta medida hace oídos sordos a la docencia que se ha expresado con un contundente rechazo el año pasado. Pone la discusión en el mismo punto, desconociendo como sujetos activos de la educación a los docentes en las escuelas, adjudicándoles el rol de meros ejecutores.
Este año el presupuesto de Educación 2014 destinado a la Dirección de Evaluación ha subido de $18 a $47 millones siendo la Dirección que más aumento logró: casi 150%. En su casi totalidad, 30 millones, se dedicarían a personal temporario. Ya lo vemos con la inscripción on line y ahora con las evaluaciones de 7mo: contratación temporaria de personas ajenas a la educación a quienes el Ministerio autoriza a administrar las pruebas estándar.
Pero no sólo de estos fondos se trata. El martes 19 de noviembre la Comisión de Educación de la Legislatura trataría el proyecto de creación del Instituto autárquico de Evaluación que le permitiría recibir más fondos, de entidades internacionales o bancos, por fuera del presupuesto de Ciudad. Vale la pena recordar que el Banco Mundial definió que daría créditos a los países que instrumenten este tipo de evaluaciones, en una reedición del mecanismo de los 90: créditos a cambio de aplicación de políticas apoyadas por este banco.
En mayo de 2013 Ademys presentó un pliego de 12 propuestas para mejorar la educación en lugar de gastar dinero en evaluaciones inútiles. Reiteramos las centrales: un plan de formación docente continua, en servicio, con relevo de tareas y sin pérdida de días de clase para los estudiantes. Reformulación de la jornada laboral para hacerlo posible.
Lamentablemente, una vez más Ademys está solo en esta batalla. El resto de los sindicatos de Ciudad acompaña en forma explícita o silenciosa al PRO. Sin embargo, la resistencia existe por abajo y es la clave para evitar que esta evaluación se cristalice para condicionar nuestras prácticas pedagógicas y la riqueza de nuestra tarea diaria.

-       Convocamos a debatir en las Jornadas de Reflexión del lunes 18 el rechazo a la evaluación docente
-       Convocamos a concurrir el martes 19 a la Legislatura a expresar nuestro rechazo a los dos proyectos de evaluación del PRO y del FPV (este último proponiendo la evaluación externa dentro del propio Ministerio).

Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 15 de noviembre.
Secretaría Gremial de Ademys
Secretaria de Asuntos Pedagógicos de Ademys