Evaluación censal: NO SE PUEDE SEPARAR EL FIN DE LOS MEDIOS



Evaluación: No se puede separar el fin de los medios

Durante esta semana circuló por distintos medios un documento elaborado por los técnicos de la Gerencia Operativa de Evaluación Educativa acerca de las Evaluaciones de 7º grado que el gobierno de la CABA impulsa y pretende llevar a cabo en todos los distritos de nuestra jurisdicción.
En el mismo se argumenta que la evaluación no tiene otro fin que el de mejorar el aprendizaje y quienes la elaboraron no se responsabilizan por lo que el gobierno haga con la misma.
Tal situación, no podemos menos que considerarla un caso de extrema ingenuidad o un posicionamiento indiferente a los problemas reales de la escuela, los ya existentes y aquellos que dicha evaluación ocasionará en caso de que llegue a implementarse.
Un instrumento como el mencionado, que por su carácter censal es el indicado para generar rankings de escuela, no puede desvincularse de los objetivos políticos que el propio Ministerio de Educación de la Ciudad enarbola: más desigualdad, más fragmentación para la escuela pública. Cualquier intento de neutralidad en la elaboración de una evaluación como esta es falso y supone, en consonancia con la tradición intelectual del neoliberalismo, que lo técnico es inocuo, que la política sólo se expresa en el “uso”, en la “dirección” que se le da a una determinada "técnica". Dichos objetivos, lejos de ser un uso "eventual" de un instrumento presuntamente neutral, son el destino confeso con el que el PRO implementa esta evaluación: el 31 de mayo del corriente, el Ministro Bullrich anunciaba en el diario La Nación cómo premiaría con bibliotecas o viajes a las escuelas... pero sólo a las que se destacaran por sus rendimientos en las evaluaciones (ver "Boletín de desempeño para las escuelas públicas porteñeas"; 31-05-13).  Pese a las declaraciones de los técnicos de la Gerencia Operativa, los mencionados "Boletines" comparativos por establecimiento ya existen, no son fruto de una lectura conspirativa de nadie. Los ránkings de escuelas también existen, y lo que resta es que el Ministerio los propagandice para generar más fragmentación dentro del sistema educativo, fomentando el "sálvese quien pueda" entre escuelas con mejor o peor "calificación", en lugar de buscar soluciones para la crisis educativa.
La ausencia de ámbitos de discusión democráticos en las escuelas, que involucren a los actores reales (estudiantes, alumnos, docentes, familias) contrastan con la elaboración “por fuera” de cualquier instrumento que se auto califique como una forma de “mejorar los aprendizajes”. Los estudiantes secundarios nos han demostrado que quienes hacemos la escuela pública diariamente, no podemos estar fuera de las discusiones que hacen a la política educativa y por ende a los trazos gruesos que marcan el destino de la misma. La imposición de esta evaluación es en sí misma una agresión porque no contempla otras voces que las de los técnicos y las de los funcionarios.
Por otro lado, que la Gerencia Operativa funcione desde hace 20 años no es garantía de nada. Desde hace 20 años, y más, por supuesto, la educación pública no ha mejorado porque se hayan implementado evaluaciones. Las muestras que se toman no han hecho que, por ejemplo, se revierta la creciente privatización del sistema, la falta de construcción de jardines, los cierres de grados de estos últimos años, la comida intragable de los comedores, los ajustes en el presupuesto a infrastructura, los cierres de postítulos docentes, la decreciente capacitación en servicio. Las evaluaciones no han pensado que los docentes requieren espacios de reflexión, planificación, investigación, especialización. Esos lujos son para los especialistas que sí saben cómo hacer una prueba para que el gobierno que más ha atacado a la educación pública de esta ciudad quede absolutamente incapacitado de profundizar las políticas de destrucción de nuestra escuela. Por si la ironía no es del todo clara y de lo que se trata es una extrema ingenuidad técnica: ¿realmente se piensa cambiar la orientación del PRO en materia educativa porque la evaluación la hicieron con buena voluntad? ¿Realmente consideran que el PRO no va a estigmatizar a los alumnos pobres, que no va a culpabilizar a los docentes como “vagos”?

Nosotros estamos convencidos de que una evaluación estandarizada, externa, ajena al proceso educativo real de cada niño y niña, vulnera nuestro derecho a una buena educación, pone en mayor riesgo al ya frágil y desigual sistema que tenemos, nos introduce en una nueva –aunque refritada- cultura educativa que se basa en suponer que los problemas tienen una solución en abstracto y que las personas que vivimos, hacemos, pensamos y sentimos la escuela somos aplicadores, que los niños son todos medibles con un mismo criterio.

Por todo esto, ratificamos nuestro rechazo a la Evaluación censal de 7º grado y llamamos a los docentes a organizarse en las escuelas junto a las familias para que la evaluación sea sólo un acto fallido de un gobierno sordo a nuestros reclamos y problemas.


Jorge Adaro,
Secretaría Gremial – ADEMYS

Laura Marrone,
Secretaría de Asuntos Pedagógicos – ADEMYS